El camino entre las montañas le lleva hasta la entrada de una cueva. No recordaba haber venido la primera vez por aquí, pero estaba claro que era la unica manera de seguir.
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Que extraño...-Entra en la cueva y siente que falta oxígeno. A sus pulmones les cuesta obtener aire y comienza a sentirse asfixiado.
No ve bien en la oscuridad de las entrañas de la montaña, pero ayudándose con las manos y apoyándose en las paredes consigue ir avanzando.
El aire cada vez es más enrarecido, y lo más extraño, era más caliente.
Su frente resbala de sudor... y el aire le abrasa en la cara.
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¿Dónde demonios estoy?Se concentra para que la armadura le proteja del calor. Nota como reacciona y cómo su cuerpo se refresca.
Sigue caminando y al fondo consigue vislumbrar un resplandor anaranjado.
Cuando llega allí se encuentra en un lago. Pero no es un lago corriente. Es un lago de fuego.
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Un volcan... Ignoraba que hubiese un volcán por aquí. Si no llevase la armadura habría muerto abrasado.Los bordes del lago son sólidos y comienza a bordearlos con mucho cuidado de no caer. No está seguro de si su armadura pudiera protegerlo allí.
Un ruido precede a una tremenda ola de lava que surge enfrente de él. Cierra los ojos paa evitar que la lava que salpica le alcance en ellos.
Cuando los abre una armadura se encuentra enfrente de él.
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Claro... Más guardianes. No soy el primero del camino. - Citación :
- Por fin has venido Caballero Eta. Sed bienvenido, la Lyra puede pasar.
Dicho esto la armadura, que tenía forma de caballo encabritado, vuelve a introducirse en la lava.
Sigue paseando por el borde. Después de otro corto paseo por un tunel igual de oscuro que el anterior, vislumbra una luz.
Respira profundamente el aire frío del exterior del volcán y sigue corriendo.