El angosto sendero de la cueva que se introducía en la montaña de fuego, se va estrechando en su descenso hacia el lago de lava.
El aire se enrarece y el calor se vuelve asfixiante.
- Odín, es casi insoportable…- piensa Mynn con la cara reluciente de sudor.
Nota la armadura protegiéndole. El cosmos de la constelación cubre su cuerpo, evitando que sufra las altas temperaturas. De no ser por el Arpa, no habría podido ni acercarse, hubiera muerto abrasado. Pero aún y así, la resistencia que le proporcionaba tenía un límite.
Desde el interior del volcán llegan contínuas ráfagas de aire hirviente que le abrasan la cara y Mynn debe girarse para evitarlo. Además, cada vez hay menos oxígeno y más gases tóxicos, lo que hace verdaderamente difícil avanzar y respirar.
La vista se le nubla por la falta de aire y apoya una mano en las paredes de la cueva. Rápidamente debe retirarla, los mismos muros arden como una chapa al rojo y le provocan una quemadura.
- ¡Ah! - grita quedamente mientras se agarra la palma herida con la otra. - Idiota…
A lo lejos consigue ver el resplandor anaranjado del lago de lava. Ya estaba cerca, por lo que aminora el paso. No sabe qué puede encontrarse allí.
El techo se va haciendo más alto y los laterales más anchos hasta desembocar en la enorme cavidad subterránea que albergaba el lago de fuego. Con los ojos entrecerrados, Mynn observa hacia allí.
Una figura está de espaldas a él, portando una armadura con capa.
- Syd… Gracias a Frey que estás vivo.
No parece que hubiese nadie más, por lo que se acerca hacia él. El guerrero vikingo no se mueve, pero se ha percatado de su presencia porque por un momento tensa los músculos.
- Menos mal que has llegado Mynn. Me alegro de que hayas regresado sano y salvo. - le dice sin girar la cabeza - Ven… Tienes que ver esto.
Mynn se acerca a su lado. Mientras se acerca, ve en el techo un canal largo y estrecho, como si un meteorito hubiese penetrado en la montaña fundiendo toda la trayectoria a lo largo de ésta. Enfrente de él, a los pies de Syd, un enorme cráter y aquello que el tigre vikingo contemplaba con tanto interés.
- ¿Qué es esto? - dice sorprendido al ver una espléndida espada clavada en ese lugar.
La espada era magnífica, de un talle imposible de crear con manos humanas.
El doble filo brillaba en una fina línea roja que denotaba cuan afilada estaba y el mango estaba bellamente labrado, con unos materiales que Mynn no sabría reconocer. A lo largo de la hoja, estaba labrada la palabra NOTHUNG y dicho nombre parecía que brillaba con luz propia, además del reflejo de la lava.
- Nothung…